Yo te reconocía. Eras la que duerme en lo profundo de la primavera, bajo el follaje nunca apagado del sueño. Te adivinaba ya desde hacía mucho tiempo, en el frescor de un paseo, en el buen aire de los buenos libros o en la debilidad de un silencio. Eras la esperanza de las grandes cosas. Eras la belleza de cada día. Eras la vida misma, de lo arrugado de tus vestidos al temblor de tus risas.
Me quitabas el sano juicio que es peor que la muerte. Me dabas la fiebre que es la verdadera salud.
~ Un simple vestido de fiesta. Christian Bobin
Quizás nuestras citas favoritas digan más de nosotros mismos que de las historias y las personas a las que citamos.
martes, 14 de octubre de 2014
sábado, 11 de octubre de 2014
Si dos puntos están destinados a tocarse, el universo encontrará la forma de hacer la conexión. Incluso cuando toda esperanza parece perdida... algunos vínculos no pueden romperse. Definen quiénes somos, y en quiénes nos podemos convertir. A través del espacio y del tiempo, a través de senderos impredecibles... la naturaleza siempre encuentra un camino.
~ Touch
~ Touch
Suscribirse a:
Entradas (Atom)