Cada célula del cuerpo humano se regenera en promedio cada siete
años. Como las serpientes, a nuestro modo, mudamos la piel.
Biológicamente, somos personas completamente nuevas. Es posible que
parezcamos los mismos. Probablemente sea así. El cambio no es visible…
por lo menos no en la mayoría de nosotros. Pero todos cambiamos
completamente para siempre.
Decir cosas como, “la gente no cambia”, vuelve locos a los
científicos porque el cambio es literal. Lo único constante en la
ciencia. La energía, importa, está siempre cambiando, transformándose,
fusionándose, creciendo… muriendo. La forma en la que la gente trata de
no cambiar, es antinatural. La forma en la que nos aferramos a las cosas
que eran en lugar de aceptar lo que son. La forma en la que nos
aferramos a los viejos recuerdos en lugar de generar nuevos recuerdos.
La forma en la que insistimos en creer a pesar de cada indicación
científica que todo en esta vida es permanente. El cambio es constante.
Cómo experimentamos el cambio está en nuestras manos. Podemos sentir
como si muriéramos o podemos tomarlo como una segunda oportunidad. Si
abrimos nuestros dedos, nos relajamos, nos dejamos llevar… Se puede
sentir como adrenalina pura. Como si en cualquier momento pudiéramos
tener una nueva oportunidad en la vida. Como si en cualquier momento,
pudiéramos volver a nacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario