martes, 28 de febrero de 2012

A veces me marca. Qué magnífica es realmente la vida. Todos los pequeños detalles, todas los pequeños rasgos. Como el polvo, flotando con garbo lejos de los libros viejos; como las pequeñas fibras en tu jersey favorito; como el modo en el que la pintura se sienta en una lona blanca. Como las líneas rotas y las arrugas de tus manos. Como el calor de una taza caliente de té. O como el camino que traza una lágrima, desdenciendo lentamente. Cuando empieces a ver pequeños detalles como estos, empezarás a apreciar más la vida. El Mundo te está esperando, susurrándote: "enamórate de mí... enamórate de la vida".

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