El cuerpo humano es un sistema altamente presurizado: la presión
sanguínea mide la fuerza de la sangre pulsada a través de las arterias.
La presión baja o inadecuada puede causar debilidad o falla. Pero si la
presión llega a ser muy alta, es cuando los problemas ocurren, ese es el
mejor indicador de que algo terrible está pasando.
Cada sistema presurizado necesita su válvula de escape. Tiene que haber
una forma de liberar el estrés y la tensión antes de que sea demasiado para
aguantar. Debe haber una forma de encontrar alivio porque si la presión
no encuentra una forma de salir, ¡explotará! Es la presión
que ponemos en nosotros, lo peor que tenemos que sobrellevar: la
presión de ser mejores de lo que pensamos que podíamos ser. Nunca, nunca
deja de estar ahí. Sólo crece, crece y crece...
~ Grey's Anatomy.
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