Quizás nuestras citas favoritas digan más de nosotros mismos que de las historias y las personas a las que citamos.
jueves, 9 de febrero de 2012
¿Quién no ha muerto por dentro cada vez que mentía al decir estar bien? Como cuando una historia se muere, no por unos labios que la cuenten, si no por unos oidos que la escuchen. Esa sensación que sientes al engañar a los demás al fin y al cabo es algo bueno. Cuando dices estar bien, y la gente actúa de esa manera, realmente te olvidas por un momento de lo mal que estás. Pero no veo problema en admitir que no, no siento reparo al decir que hoy realmente estoy hecho mierda.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario