Se cree que pensar de manera positiva lleva a una vida sana y feliz. De niños, nos dicen que sonriamos y seamos alegres, que pongamos una buena cara. De adultos, que miremos el lado bueno, hagamos limonada y veamos el vaso medio lleno. A veces, la realidad se interpone en nuestra capacidad de ser felices. La salud puede fallar, los novios pueden engañar, los amigos pueden
decepcionar. En esos momentos es cuando quieres que sea real, dejar de
fingir y ser tú mismo, asustado e infeliz.
Pregunten a la mayoría qué es lo que más quieren en la vida y la
respuesta será fácil: ser felices. Tal vez sea esta expectativa, el
querer ser felices lo que nos aleja de conseguirlo. Puede que cuanto más
lo intentamos, y cuanto más felices somos, nos volvemos más confusos
hasta el punto de no reconocernos ni a nosotros mismos. En cambio,
seguimos sonriendo, intentando por todos los medios ser las personas
felices que nos gustaría ser. Hasta que al final aparece, porque siempre
ha estado ahí, no en nuestros sueños ni esperanzas, sino en lo
conocido, lo cómodo, lo familiar.
~ Grey's Anatomy
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